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Virginia Woolf, una bipolar y poética existencia

  • Omar Michael
  • 2 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

“La literatura saldrá ganando cuando estemos ante escritores sin torres y sin clases”.

“Los ríos están llenos con tus lágrimas y la roca húmeda fragmento tu razón”.


El asumir una enfermedad mental conlleva un esfuerzo sobrehumano, los trastornos que terminan por marginar y aislar de la sociedad a mentes extraordinarias, tal vez no tan capaces en los ámbitos sociales y sus protocolos, pero vaya que saben amar y realizar grandes obras con maestría única, así era Virginia, quien viajando en lo racional e irracional, nos trasporta a lo mas profundo de su ser. Virginia padecía un trastorno bipolar; siendo este un factor fundamental en su deterioro emocional, un detonante que desencadenó un historial de depresión y hundimiento mental del que ya no encontró salida.


Una de esas épocas terribles, se convierten en la montaña inamovible, esa que ni las tormentas erosionan y, una vida entera para quien ha padecido depresión o algún otro trastorno mental… incapacidad de trabajar, e incluso de escribir; creo que hay muchos que nos identificamos con ella, cuando te levantas y quien está frente al espejo te parece tan ajeno, las risas y los días soleados parecen tan intangibles, pero las voces sin rostro y sin cuerpo están bien arraigadas dentro, en el cerebro.



Encaminarte hacia el faro, representa un sueño inalcanzable, y tal vez en él, se encuentren tus días soleados y lúcidos, tal vez allí se encuentran los abrigos que no tienen rocas en los bolsillos, y en su faro, la tan soñada casa de dios, en una habitación vacía, no se hundiría tu cuerpo en el río.


“No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo”.

“Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar”.

La convivencia con enfermos mentales es, en gran mayoría de los casos, una losa terrible echa de supuestos, ya que el enfermo siempre piensa que representa una carga para todos, es así que como acto de amor y respeto a los demás, decide aislarse y cerrar su corazón, no por miedo sino por compasión hacia quien debe lidiar con ellos.


Todo es efímero como el arco iris, como la razón humana, como los días, como los años y las olas. El hundimiento de la razón y tu bipolaridad han hecho que el odio apenas puede diferenciarse del amor.


Los océanos dentro ti, armas rotas en tu alma, desembocan en el río Ouse, un matrimonio y un amor que solo la muerte pudo romper, tu deseo de ser poeta y amante se desvanecieron de tus manos como las corrientes de los ríos.


“Navegó por aguas turbulentas, y se hundió, sin nadie que la salve”.


Nunca mejor plasmado como aquí, la depresión y Virginia, fieles acompañantes en un viaje con un solo destino, uno ya conocido por todos. Recuerda Virginia... “Somos lienzos del destino, que al igual que un poema, un ensayo y una novela, necesita de gran artista para crear una obra hermosa”... Fin del Viaje



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"Si vas a intentarlo ve hasta el final. De otra forma ni comiences" - Charles Bukowski


Por: Omar Michel


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