Anahí C. Rozas
- 5 oct 2017

César Vallejo: la otra cara de la moneda que no conocías

Charles Bukowski le dedicó un poema a César Vallejo, en uno de sus versos declama… Vallejo escribe como un hombre y no como artista, está más allá de nuestro entendimiento. Me gusta pensar que Vallejo sigue vivo y caminando por la habitación…

El poeta de Amor y la esperanza

Vallejo es el poeta peruano más importante, fue un visionario, un rompedor del lenguaje, reformó la estética y renovó las formas desde la sensibilidad social. Siempre presentaba una propuesta distinta en cada obra.

¿Pero qué sabemos de su vida personal? Poco. La mayoría (me incluyó), tenemos la imagen estereotipada de que Vallejo era un hombre triste, melancólico y taciturno, pero no necesariamente fue así.

Permitámonos entonces conocer la otra cara de la moneda de César Vallejo...

DOS AMORES EN PARÍS

Vallejo tenía una relación sentimental sólida con Henriette Maisse, una jovencita dulce, noble y buena compañera. Sin embargo, tan pronto el poeta conoció a Georget Philippart Travers, se enamoró de ella, lo cautivaron su belleza y la frescura de sus 17 años (Vallejo le doblaba la edad). Vallejo y Georget iniciaron una relación, el poeta dejó a Henriette, se marchó con Georget y años después, se casa con ella.

Carta #2 de Vallejo para su amada Georget:

¡Señores! Hoy es la primera vez que me doy cuenta de la presencia de la vida. ¡Señores!

Ruego a ustedes dejarme libre un momento, para saborear esta emoción formidable, espontánea y reciente de la vida, que hoy, por la primera vez, me extasía y me hace dichoso hasta las lágrimas…

UN LOCO SUELTO EN LA PRIMARIA

Vallejo laboró un tiempo como maestro de primer año de primaria en el Colegio Nacional de San Juan, en Trujillo, Perú. Sus compañeros de trabajo, lo tildaban de loco, por su aspecto desgreñado y desgarbado, su particular modo de ser y su forma de escribir en “difícil”. Vallejo se reía de ellos, no le interesaba en absoluto dichas opiniones.

BAILARÍN Y BROMISTA

César Vallejo era un hombre alegre y bailarín, le gustaba contar chistes y era gran admirador de Charles Chaplin.

A Vallejo le gustaba regresar a las fiestas de su tierra natal Santiago de Chuco para bailar y celebrar las fiestas.

Como profesor, tenía un espíritu jocoso y risueño, le gustaba simular batidas en las que confiscaba caramelos y frutas para luego repartirlos por todo el alumnado. Los niños reían y disfrutaban la escena.

Ciro Alegría, escritor peruano alumno de Vallejo dijo: … “pero también por ratos la alegría se pasaba por Vallejo como sol por las lomas y era uno más de nosotros salvo que grande.”

César Vallejo Infantes, sobrino del poeta dijo: “de todos los parientes el gozaba de un humor exquisito en todas partes.”

Danilo Sánchez, afirmó que “además de ser alegre y sociable, Vallejo nunca perdió su espíritu de niño”.

Neruda comentó: “Era solemne por naturaleza y su cara parecía una máscara inflexible, casi hierática. Pero la verdad interior no era esa. Yo lo vi dar saltos escolares de alegría. Después volvía a su soledad y a su sumisión".

Pintor Macedonio, amigo de Vallejo, contó una anécdota: siempre usaba terno plomo, y apareció con terno negro de un día a otro y dice es que estoy de luto por mi terno plomo.

TRAS LAS REJAS

En 1920 César Vallejo estuvo encarcelado algunos meses por su supuesta participación en una revuelta política popular. En la cárcel escribió parte de su poemario “Trilce”. En 1921 el tribunal de justicia lo libera condicionalmente.

INCOMPRENSIBLE Y ESTRAMBÓTICA

La publicación del poemario “Trilce”, su obra cumbre, pasó desapercibida en su país, sólo tuvo un tiraje de 12 ejemplares. Los pocos que le prestaron atención se burlaron de su obra catalogándola de: “Incomprensible y estrambótica”. Vallejo se sintió ridiculizado en su propio país y decidió marcharse rumbo a Francia.

“El libro ha caído en el mayor vacío. Me siento colmado de ridículo, sumergido a fondo en ese carcajeo burlesco de la estupidez circundante, como un niño que se llevara torpemente la cuchara por las narices. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista: ¡La de ser libre! Si no he de ser libre hoy, no lo seré jamás. Siento que gana el arco de mi frente a su más imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la forma más libre que puedo y ésta es mi mayor cosecha artística. ¡Dios sabe hasta dónde es cierta y verdadera mi libertad! ¡Dios sabe cuánto he sufrido para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje!”

A PUÑETAZOS APRENDÍ

César Vallejo, era boxeador aficionado; en una ocasión, cuando trabajaba de profesor en Trujillo, dos hombres lo agredieron, Vallejo los destrozó a puñetazos.

ACTIVISTA POLÍTICO

Vallejo era seguidor y activista de la causa comunista, en Lima se adhirió al partido socialista Mariátegui y fundó la organización “Marxismo Eje Central”.

En Francia, fue despedido de dos revistas por sus ideas políticas radicales. También fue expulsado de dicha ciudad, por acusarlo de subversivo.

QUISO SER OBISPO

Un amigo de Georget (ex esposa de Vallejo), contaba que cuando César era pequeño, quería ser obispo. Esto pudo deberse a que la familia de Vallejo era muy religiosa, se levantaban a orar todos los días a las 06:00 horas. César, era nieto de un sacerdote; de niño, tocaba las campanas parroquiales. La influencia religiosa que tuvo, se manifestó siempre en sus poemas. Días antes de morir, Vallejo le dijo a Georget: “Cualquiera que sea la causa que tenga que defender más allá de la muerte, Tengo un defensor: Dios”

Eguren, escritor peruano al morir Vallejo dijo: “Tu espíritu será inmortal y formara otras almas…”.