9 cosas que no sabías sobre el Marqués de Sade
- Moncho Knight
- 9 nov 2017
- 3 Min. de lectura
Donatien Alphonse François de Sade no solo es conocido por su título como el Marqués de Sade sino por su particular manera de ver la vida y los placeres en una época donde los tabúes sexuales eran castigados por una sociedad conservadora tradicionalista.

Muchos han leído sus obras, llenas, no de alusiones, sino de directos contenidos altamente sexuales, pervertidos, con cargas de lujuria intensa que llevan al lector a un placer constante, no solo físico sino literario.
Tras esa vida agitada que el Marqués defendía, hay algunos datos curiosos que nos dejan ver aquel personaje tras la figura lujuriosa y nihilista del aquel escritor a quien André Bretón llamó el “Divino Marqués” en referencia al “Divino Aretino”, el primer autor erótico de la época moderna.
Podemos encontrar algunos datos como los siguientes: 9 cosas que no sabías sobre el Marqués de Sade
1. El Marqués de Sade fue diagnosticado con “demencia libertina”, una modalidad creada para su tan curiosa enfermedad. Por ella estuvo sus últimos años en un manicomio en el que se le daba el aval para realizar obras de teatro con los enfermos.
2. Cuando era niño ingresó a un colegio Jesuita en el que aprendió música, danza, esgrima y escultura. Mostraba también mucho interés por la pintura y la dramaturgia. En homenaje al Marqués (para unos Divino y para otros Satán) el Museo Orsay en París alberga la muestra Sade.
3. Todos podríamos creer que el Marqués nunca creyó en un sentimiento como el amor, pero después de haberse casado (obligado por su padre) y de vagar entre las amantes y las prostitutas, en algunas cartas se refería a ese bello sentimiento: “En veneración continua me arrodillaría a los pies de mi mujer y las cadenas de la obligación, siempre recubiertas de amor, habrían significado para mi corazón arrebatado sólo grados de felicidad. ¡Vana ilusión! ¡Sueño demasiado sublime".
4. En algunos de sus breves instantes (fuera de las mazmorras), el Marqués, dado su amor por el teatro, montó uno dentro del castillo y más adelante creó una compañía teatral con la que hizo una gira por los pueblos cercanos hasta llegar a Holanda donde consiguió que uno de sus manuscritos sea publicado.
5. Increíblemente y a pesar de sus capacidades musicales, literarias y su linaje pomposo, El Marqués de Sade cayó en la mendicidad y ni siquiera la reproducción de sus tan afamadas obras teatrales y la difusión clandestina de los libros que había escrito en la cárcel pudieron sacarlo de la miseria. Debió entonces suplicar a personajes del gobierno que lo acojan y ayuden hasta que fue enviado al manicomio que vería terminar sus días.
6. El Marqués se quedó ciego en medio de su estancia en el manicomio y algunos de los enfermos que eran sus compañeros y Constance, la mujer con la que decidió vivir en la última etapa de su vida, se encargaban de leerle textos de Voltaire, Cervantes, Séneca, Rousseau y otros que mantenía en la biblioteca privada que había logrado reunir allí.
7. Su hijo Armand, contrariando la última voluntad de su padre, quemó todos sus manuscritos inéditos. 21 obras que el Marqués habría podido brindarle al mundo se quedaron borradas en la historia.
8. Desde 1834, en el diccionario de la Real Academia Española, la palabra Sadismo se deriva del apellido del Marqués de Sade y significa: “Conducta o comportamiento sexual que consiste en infligir sufrimiento físico o psíquico a otra persona para experimentar excitación y satisfacción sexual.”
9. Poetas y novelistas a lo largo de la historia han rescatado la obra del Marqués y lo han tachado como un hombre libre y fiel a sí mismo. Fiodor Dostoyevsky, Arthur Rimbaud, Guillaume Apollinaire, Charles Swinburne, Gustave Flaubert y André Breton son algunos para los cuales el Marqués es sinónimo de libertad y pasión, además de un exquisito don de la escritura.
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Por: Moncho Knight
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